14 de des. 2008

El pes de la fama


Lo dejo; tengo demasiado éxito
Profesionales y artistas encumbrados abandonan en plena gloria - Un triunfo mal llevado puede paralizar la creatividad

El 13 de marzo de 1973, Juan Rulfo desveló la razón por la que había renunciado a seguir escribiendo: "... Pues porque se me murió el tío Celerino, que era el que me platicaba todo". Fue en la Universidad Central de Venezuela, durante una conferencia.

El 13 de marzo de 1973, Juan Rulfo desveló la razón por la que había renunciado a seguir escribiendo: "... Pues porque se me murió el tío Celerino, que era el que me platicaba todo". Fue en la Universidad Central de Venezuela, durante una conferencia, mucho tiempo después de que el autor de Pedro Páramo y El llano en llamas hubiera optado por dedicarse a la fotografía y a los guiones de cine, y fue muchas veces después de que le formularan esa misma pregunta. El mismo camino del portazo a la literatura había tomado, años antes, nada menos que Arthur Rimbaud, quien a los 19 decidió que ya había dicho todo lo que tenía que decir en poesía y se convirtió, entre otras cosas, en traficante de armas.

Ambos tienen algo en común: tras lograr un éxito brutal, se apartaron de la publicación de libros y procuraron permanecer lo más alejados posible de la fama. No es un caso exclusivo de los escritores. Hace un par de semanas, un prestigioso cocinero francés, Olivier Roellinger, se deshizo de lo más parecido a un nobel que se le reconoce al arte culinario, las tres estrellas que le había otorgado a su restaurante la guía Michelin. Su motivo, su muerte del tío Celerino particular, era el estrés. Declaró que había pasado "26 felices años manejando el timón de los fogones" y que ahora quería "emprender un camino diferente" con el objetivo de "mantener la pasión de vivir".

Hace un mes, Deluxe, uno de los puntales del rock independiente español, dio su último concierto. Xoel López, el alma del grupo, se va "indefinidamente", primero a Argentina y luego a Estados Unidos. "Necesito romper, tomarme un descanso. Estoy un poco harto de tanto rock. Llevamos tres años sin parar, más de 100 conciertos. No sé: necesito un cambio", dijo a EL PAÍS. Seguirá componiendo, pero admite su agotamiento.

El impecable Daniel Day-Lewis, el Gerry Conlon de En el nombre del padre, que acaba de ganar un Oscar, pasó cinco años sin actuar. Aunque evita hablar de ello, se sabe que vivió en Florencia trabajando de aprendiz de zapatero.

Esta es una historia de dilatados parones o abruptos finales. Aunque los primeros son mucho más frecuentes, hablan de las dificultades de la creatividad para soportarse a sí misma y para soportar (y más aún, mantener) el éxito. Manuela Romo es autora de Psicología de la creatividad (Paidós) y profesora de la Universidad Autónoma de Madrid. Al investigar sobre el trabajo de los creadores, se encontró con que se trata de una actividad que exige "un enorme esfuerzo cognitivo y mental al que hay que dedicar cientos o miles de horas. Además, cuando hablamos de auténtica creación, de producir algo nuevo, la persona experimenta fases de gran incertidumbre, no sabe hacia adónde va exactamente, no hay nada definido, y, además, está desafiando paradigmas establecidos, lo que puede ocasionar rechazo o incomprensión. Por otra parte, el hecho de trabajar en soledad puede generar estrés", explica. Visto así, se parece bastante a una especie de tortura. Sin embargo, Romo subraya que nada de esto es capaz de quebrar, por sí solo, la voluntad de un artista, un científico o un compositor. "Es su vida. Una personalidad creativa ama su trabajo, en el que a veces tiene lo que la psicología llama 'la experiencia del fluir': un estado de total inmersión en una tarea, estar absorbido y perder por completo la noción del tiempo".

Rulfo o Rimbaud siguieron, en este sentido, un camino excepcional. Se esfumaron. Estaban aquejados de lo que el narrador de Bartleby y compañía, de Enrique Vila-Matas (Anagrama), llama "el síndrome de Bartleby" en su brillante rastreo por la literatura del no y sus protagonistas, entre los que destaca.

Si se escribiera algo parecido sobre cocineros, se incluiría la renuncia de Jordi Parramón, aunque sus motivos son más claros y vitalistas. "Un día mandé un fax a los autores de la guía Michelin. Les explicaba que renunciaba a mi estrella. No lo entendieron. Me llamaron, pero no se convencían de que yo quisiera renunciar. Así que enviaron a un señor, charlamos y me dijeron que no les había pasado nunca", cuenta por teléfono. De esto hace tres años. Ahora Parramón vive en el campo, dedicado a la fotografía. "Un trabajo así te ocupa todo el día y toda tu energía, aunque te guste mucho. Me dediqué 20 años a la cocina, nunca busqué ni la fama, ni el éxito. Cuando nos dieron la estrella, coincidió con el boom de la cocina, de Ferran Adrià. Hubo buenas críticas, llegó la prensa, me invitaban a actos. Una mañana iba en un avión hacia Milán a dar una conferencia sobre cocina, y me di cuenta de que antes de despegar sólo estaba pensando en volver. Me dije '¿pero dónde vas?' y ahí empecé a plantearme dejarlo y cambiar de vida. Quería hacer más cosas. Al principio no todo el mundo lo entendió, se ve raro cambiar una vida con dinero y reconocimiento".

Introducir la variable del éxito en la creatividad puede descompensarlo todo. Por extraño que parezca. "Ocurre cuando se orienta la obra hacia la consecución de un resultado", comenta Javier Mañero, director de la Escuela de Inteligencia. Después de un gran triunfo, entre la crítica o el público, de un libro, un disco, un cuadro o un plato, lo más temido y estresante para el autor puede ser la pregunta: "¿Y ahora, qué?".

"Los fracasos no cuentan excepto, si vienen después de un éxito", asegura el escritor Santiago Roncagliolo. En 2006 obtuvo el premio Alfaguara por Abril Rojo y se adaptó al cine Pudor, su primera novela. "Cuando escribí esas obras, sobre todo Pudor, nadie tenía expectativas sobre mí. Sólo quería publicar. Se tradujo a varias lenguas, vendió. El error es tratar de hacer lo mismo para no defraudar", dice.

No hay creatividad sin riesgo. "Es muy difícil mantener indefinidamente la admiración de los otros. Tanta expectativa de la gente puede desarrollar un miedo al fracaso que bloquea, es paralizante", explica el psicólogo Gonzalo Hervás. En el mundo de la música esa presión es elevada.

"Después de haber sacado un disco muy potente, todos los grupos tienen ese vértigo, el de superarse. Y justo el segundo es muy complicado, porque repetir la fórmula ya no vale. Hay que igualar como mínimo, o experimentar", explica Carlos Mariño, manager de grupos como Dover, Fangoria o Kiko Veneno. Es que "ser creativo o tener talento no tiene nada que ver con saber gestionar el éxito, y mucho menos la fama", asegura Javier Liñán, ex director artístico de EMI España, donde trabajó con Amaral, José Mercé o Manu Chao. Ahora es manager de Los Planetas, Albert Pla y Astrud.

El escritor dominicano Junot Díaz obtuvo el premio Pulitzer -uno de los más importantes de las letras estadounidenses- en abril pasado con su novela La maravillosa vida breve de Oscar Wao. Pero han tenido que pasar 11 años para que volviera a publicar: su anterior trabajo, una antología de cuentos titulada Drown, es de 1996, la que le convirtió en la promesa literaria de su país. En una reciente entrevista con este periódico, aseguró que ese lapso temporal "fue un infierno". "No sé cómo sobreviví. Soy terriblemente duro conmigo mismo, padezco la enfermedad del perfeccionismo", dijo.

La alta autoexigencia creativa puede paralizar. Pero puede que también influya el hecho de que "cuanto más tiempo pase entre una novela y otra, más prestigio adquiere la segunda", dice Roncagliolo. Y más presión: "Si la primera novela es buena, la segunda novela, más diez años después, tiene que ser genial". El proceso creativo no es, ni mucho menos lineal. "Hay muchos abortos", confiesa Roncagliolo. "Y existe el terror al vacío. Puedes tirar una novela de 200 páginas. Si has tenido éxito, es parecido a una borrachera. Cuando acaba la atención sobre la obra, la promoción, llega la resaca, te preguntas si podrás hacer otra, si estás acabado... Es parte del ciclo". Manuela Romo explica que "es un fenómeno complejo, en el que hay repetidas cumbres y repetidos abismos".

Varios experimentos sugieren que el éxito puede fagocitar parte de la creatividad. A finales de los ochenta, la profesora de Psicología Theresa Amabile, de la Universidad de Brandeis (EE UU), trabajó con varios grupos de niños. Les pidió que dibujaran lo que quisieran. A una parte de ellos les ofrecieron recompensas por hacerlo, y a otros no. Quienes habían sido premiados presentaron los dibujos menos creativos. "Si la motivación externa, es decir, la necesidad de reconocimiento, la fama, es más fuerte que el placer por crear (la motivación interna), puede aparecer el estrés", explica Alfredo Muñoz, psicólogo social de la Universidad Complutense de Madrid y profesor de talleres de creatividad en empresas. Ahí sí puede darse el abandono temporal para recuperar el equilibrio o la renuncia definitiva. Cantautoras como Tracey Chapman o Lauryn Hill, ex miembro de The Fugees (con los que vendió 17 millones de discos con sólo un álbum, The Score) frenaron su carrera cuando mayor fama tenían, por ejemplo.

Aunque para fobia a la fama, la del escritor estadounidense Thomas Pynchon (El arco iris de gravedad). De él apenas hay media docena de fotos de hace más de 40 años. No concede entrevistas. Lo último que se conoce de él es su voz: aparece con una bolsa de papel en la cabeza en un cameo excepcional en Los Simpson. Se interpreta a sí mismo asesorando a Marge, que publica una novela. El caso de J. D. Salinger es también misterioso. Tras la publicación de El guardián entre el centeno, una auténtica novela de culto desde el momento en que apareció (1951), se borró de la vida pública y apenas se editaron un par de libros suyos más. "Un rasgo fundamental de la personalidad creativa es que necesita hacer lo que le da la gana. La libertad, que se olviden de ellos para volcarse en su trabajo", asegura Romo. Apenas hay compositores, escritores o artistas que no se quejen, en algún momento, de la pesadez de la promoción y la fama. Lo sufren, por ejemplo, los managers: "Es muy cansino, repiten lo mismo en las entrevistas, la gente les para por la calle, llaman 200 veces al día, aparecen por todas partes", ilustra Mariño.

Con todo, quienes abandonan para siempre son una excepción. "La personalidad creativa siempre está produciendo, tiene una gran confianza en su trabajo y una fuerte tolerancia a la frustración, aunque se pueda resentir puntualmente", dice Romo. Muñoz también cree que, si no es así, pierden "la capacidad de jugar, la creatividad es tan gratificante que no puede estresar". Y quienes desaparecen un tiempo al final "siempre vuelven. Es su vida", dice Romo.

SILVIA BLANCO (El País)14/12/2008

13 de des. 2008

Mercenaris a l'Irak


Cinco agentes de Blackwater se entregan por el asesinato de 17 civiles en Irak

Cinco guardias de seguridad de la firma privada Blackwater Worldwide acusados por el Gobierno de EE.UU. de la muerte de 17 civiles en Irak se entregaron hoy en el estado de Utah para ser juzgados, indicaron medios de prensa. Los cinco hombres llegaron a primera hora de la mañana y acompañados de sus abogados a los juzgados, donde les esperaba un enjambre de periodistas, aunque no hicieron declaraciones.

Los guardias, todos ex soldados, fueron formalmente acusados el sábado por el Departamento de Justicia de la matanza ocurrida en septiembre de 2007 en Bagdad, en la que fallecieron 17 civiles iraquíes, mientras que un sexto sospechoso está negociando un arreglo con el Gobierno.

La firma Blackwater sostiene que sus seis empleados dispararon después de ser atacados el 16 de septiembre de 2007 en una intersección de avenidas en la capital iraquí donde había muchos peatones y un intenso tránsito de vehículos.

Sin embargo, una investigación del Gobierno iraquí concluyó que los agentes abrieron fuego contra la multitud sin motivo ni provocación.

Una investigación militar estadounidense también sacó a la luz que los agentes de seguridad fueron los únicos que abrieron fuego, en tanto que Blackwater dijo que su personal actuó en defensa propia.

Este incidente puso en tela de juicio el papel de las empresas de seguridad subcontratadas por el Departamento de Estado de EE.UU. y la presunta inmunidad con que operaban en Irak.

Fuentes allegadas al caso señalaron a los medios de prensa estadounidenses que los mercenarios eligieron entregarse en Salt Lake City, donde vive uno de ellos (Donald Ball), porque allí podrían obtener un jurado más conservador que en Washington.

El diario The Salt Lake Tribune indicó que el abogado Brent Hatch, de esa ciudad, y un equipo legal que representa a los cinco inculpados señalaron que "cualquiera de las jurisdicciones donde viven estos hombres sería un sitio apropiado para el juicio".

Pero Salt Lake City es un sitio práctico porque tiene un aeropuerto internacional con fácil acceso al tribunal federal en el centro de la ciudad, agregó Hatch según el diario.

Blackwater Worldwide es una firma estadounidense que emplea, principalmente, a ex soldados y ex policías, y provee guardaespaldas, vigilantes armados y unidades mercenarias de operaciones tácticas en diversas partes del mundo.

En Irak, aparte de los casi 150.000 soldados estadounidenses, hay más de 125.000 "contratistas privados"
empleados por decenas de firmas y que dan desde apoyo técnico a servicios de cantina, recolección de residuos, custodia de instalaciones, protección de funcionarios y compañía armada para convoyes.
8/12/2008 | EFE

12 de des. 2008

El bitllet de 500 milions de dòlars


Zimbabue lanza un nuevo billete de 500 millones de dólares zimbabuenses
El Banco Central lanza este billete, que tiene un valor aproximado de 4 euros, para hacer frente a la inflación galopante que sufre el país

Harare. (EFE).- El Banco Central de Zimbabue anunció hoy la creación de un nuevo billete de 500 millones de dólares zimbabuenses, equivalente a unos cuatro euros, para luchar contra la inflación galopante que, según las últimas cifras publicadas por el Gobierno, ha alcanzado el 231 millones por ciento.

Aunque el anuncio de la Gaceta Extraordinaria del Gobierno no concreta cuándo entrará en circulación el billete, hoy se espera la introducción del nuevo valor de 200 millones de dólares zimbabuenses que notificó el Banco Central la semana pasada.

La puesta en circulación de los nuevos billetes coincide con el incremento del máximo semanal que los ciudadanos de Zimbabue pueden extraer de los bancos, que pasa de 100 millones de dólares zimbabuenses (menos de 1 euro) a 500 millones.

La inflación ha causado que el billete de 500 millones, que ayer por la tarde tenía un valor de 8 euros, pasara doce horas más tarde a ser equivalente a 4 euros. Una barra de pan, que ayer costaba 45 millones de dólares zimbabuenses, hoy cuesta 75.

Mientras, la mayoría de las tiendas optan por poner el precio de sus productos en dólares estadounidenses, puesto que las grandes cifras de los dólares zimbabuenses dificulta las transacciones.

Se espera que la astronómica inflación continúe, ya que el Banco Central de Zimbabue volverá a incrementar el próximo viernes el límite de dinero que los ciudadanos pueden retirar de sus cuentas a la semana a 2.500 millones de dólares zimbabuenses.

El país atraviesa la crisis económica más severa desde de la creación del Estado de Zimbabue, en 1980, debida, en gran parte, a la reforma agraria que se hizo a comienzos de esta década y que dejó sin tierras a miles de granjeros blancos.

10 de des. 2008

Nathalie


Ahir, a la parada del bus, hi havia un anunci de mòbils on es veia una pantalla amb un missatge: Nathalie. Tot esperant, per distreure'm, vaig començar a taral.lejar una hipotètica cançó francesa amb aquest títol. La cosa anava prenent forma i tenia tornada (estribillo) i tot. I la "lletra" vindria a ser el "guachiwey" típic espanyol que posem a les cançons anglosaxones que no ens sabem la lletra...

Total, que m'entren ganes d'escoltar música i engego l'mp3 i la primera cançó que sona és... Nathalie, de Gilbert Becaud (que ja ni recordava que l'hi havia posat) Són aquelles coses que passen i que en el moment et semblen conjugacions dels astres i casualitats que tenen a veure més amb les emocions que amb la racionalitat. No sé, suposo que en aquell moment només podia sortir aquella cançó...

9 de des. 2008

Arquitectura y lugares sagrados


Adjunto un article publicat a El País on es contraposen dues maneres diferents de mirar l'art i l'arquitectura. Motiva pensar que l'art encara és capaç de produir debat, especialment ara que sembla que tot projecte arquitectònic per ser bo ha de venir signat per un arquitecte "estrella" i ser com més extravagant millor...

Arquitectura y lugares sagrados
Expulsado por la puerta, lo sagrado regresa por la ventana. Un pequeño convento en Ronchamp y un gran museo en Jerusalén ilustran las formas contrapuestas de abordar el conflicto entre lo sagrado y lo profano en el mundo contemporáneo. En la localidad francesa, un proceso de diálogo y negociación ha permitido al genovés Renzo Piano iniciar la construcción de un racimo de celdas para monjas clarisas en la falda de la colina coronada por la capilla de Notre-Dame-du-Haut, la obra más célebre de Le Corbusier; en el corazón de la que solía llamarse Tierra Santa, una sentencia judicial permitirá al californiano Frank Gehry levantar un colosal complejo promovido por el Centro Simón Wiesenthal -el famoso cazador de nazis, que por cierto era de profesión arquitecto- sobre el cementerio musulmán más antiguo de la ciudad. Tanto en Ronchamp como en Jerusalén, las formidables polémicas suscitadas por los proyectos han tenido una dimensión paisajística y patrimonial; sin embargo, en ambos casos esta faceta ha palidecido frente al apasionamiento del debate simbólico y religioso.

Los conflictos entre arquitectura y religión tienden a recrudecerse. La capilla de peregrinación de Ronchamp se alza en un antiguo lugar sagrado de las estribaciones de los Vosgos; allí se ha adorado al Sol, a los dioses romanos y a la Virgen María, pero desde que Le Corbusier culminó los volúmenes escultóricos de este santuario lírico, el único culto vigente en la colina ha sido el de la arquitectura. Con esta obra el maestro mudó su lenguaje maquinal y náutico por otro orgánico y telúrico, cambiando el rumbo de esta disciplina y convirtiendo el emplazamiento en un destino de peregrinación artística. El proyecto de Piano, realizado con el paisajista Michel Corajoud, fue redactado a petición de Jean François Mathey y Dominique Claudius Petit, hijos de los clientes originales de la capilla, que hoy presiden las asociaciones de Notre-Dame-du-Haut y Les Amis de Le Corbusier, pero tales credenciales no impidieron una viva oposición a la introducción del convento en este recinto mítico.

Desde luego, los críticos del proyecto basaban su postura en la defensa de la obra de Le Corbusier, pero tanto el escaso impacto visual de la nueva construcción -una docena de celdas excavadas que no se perciben desde la cumbre que ocupa la capilla- como la mejora del entorno que supone la prevista demolición del lamentable pabellón de acceso actual y la eliminación del aparcamiento asfaltado adjunto, hacen pensar que una motivación subyacente ha sido el procurar mantener el carácter secular y artístico de Notre-Dame-du-Haut, frente a una recuperación confesional y religiosa del enclave.

Paradójicamente, los oponentes de Piano defendían la naturaleza sagrada de la colina, pero a condición de que la única devoción practicada allí fuese la del arte, y a su vez muchos de los partidarios de la intervención parecían tener más en cuenta la recuperación de la cota para el culto católico que la deseada rehabilitación y mejora del emplazamiento.

El museo de Gehry en Jerusalén, por su parte, dispone un bodegón de enormes frutas fragmentadas sobre un cementerio musulmán al oeste de las murallas de la ciudad vieja, y ha provocado la indignación esperable entre los árabes israelíes y los palestinos. Irónicamente denominado Museo de la Tolerancia, esta extravagante acumulación de ondas y rizos, escamas y branquias, burbujas y explosiones, es algo más que el despropósito de un arquitecto judío casi octogenario que aspira a dejar su huella en la Tierra Prometida mediante una naturaleza muerta gigantesca y agitada: esa bandeja titánica y trivial, atiborrada de mondas y virutas, es una agresión a la tradición sagrada y a la memoria arqueológica, y un gesto que impone los valores seculares del espectáculo y la autoría a un entorno arcaico y quizá también obsoleto. Aunque en apariencia constituye una afirmación de modernidad laica y artística, que expresa la tolerancia a través de la coexistencia azarosa de las formas, el museo es más bien un episodio de guerra religiosa y pugna por el territorio en un lugar donde, como tantas veces se ha dicho, hay demasiada historia para tan poca geografía.

De un tiempo a esta parte hemos asistido a un inesperado recrudecimiento de los conflictos que reúnen arquitectura y religión, desde el forcejeo entre Tailandia y Camboya por las ruinas del templo de Preah Vihear hasta la pugna por los monasterios serbios de Kosovo, pasando por las innumerables polémicas que ha suscitado la construcción de mezquitas en Alemania, Francia o Gran Bretaña. El periodo histórico abierto por el 11 de septiembre se percibe con frecuencia a la luz de las fracturas religiosas o culturales, por más que la retórica Alianza de Civilizaciones que ahora se visualiza en Ginebra bajo la cúpula acuática y estalactítica de Miquel Barceló -que paradójicamente ha coincidido en el tiempo con la demolición de la cúpula de la madrileña cárcel de Carabanchel, una utopía penitenciaria y panóptica que el abandono había convertido en un templo agreste del graffiti, vibrante en sus muros con una verdad violenta y gratuita que no se halla en la cueva onerosa y onírica del mallorquín- intente difuminar las aristas del conflicto en el magma amniótico y cromático de la diversidad. Más importante aún, ese paisaje craquelado por grietas de creencias está abriendo un abismo entre la organización secular de la sociedad y el rebrote pugnaz de la fe como teología política.

Quizá, como argumenta Mark Lilla en The Stillborn God, "el ocaso de los ídolos se ha pospuesto", y estamos condenados a volver a librar las batallas del siglo XVI. Mientras tanto, debemos reclamar para el arte el dominio espiritual de la trascendencia -aun con el riesgo de adorar un nuevo becerro de oro à la Damien Hirst-, y evitar a toda costa que ese ámbito de devoción contamine el territorio de la política civil. Renzo Piano, que hace tiempo construyó en Houston un museo entendido como santuario para la mecenas e intelectual católica Dominique de Menil -y después una capilla para la obra de Cy Twombly, en la estela de la capilla Rothko-, ha sabido establecer en Ronchamp un diálogo inteligente con sus críticos, modificar parcialmente su proyecto y llegar a una propuesta pacífica que reconcilia a las clarisas con Le Corbusier. Frank Gehry, que a diferencia del italiano se siente más artista que constructor, ha puesto su ya ajado talento plástico al servicio de una empresa eminentemente política, imponiéndose a sus críticos por la vía judicial y utilizando sus formas agitadas más como un arma arrojadiza que como un terreno de negociación. Al cabo, el constructor que establece un diálogo político resulta ser el artista auténtico, mientras el artista que se impone en los tribunales parece apenas algo más que un político partidista: habrá más emoción sagrada y más dignidad civil en la colina de Ronchamp que en el Museo de la Tolerancia de Jerusalén.
Luis Fernández-Galiano, arquitecto.

7 de des. 2008

Els perills de Facebook...


Facebook mete en un lío al escritor de discursos de Obama
No retiró a tiempo una foto que se burlaba de Clinton

La campaña electoral de Barack Obama se caracterizó por sacar el máximo partido a las redes de contacto social, pero una de ellas, Facebook, ha servido para sacar los colores a un funcionario del presidente electo de EE.UU.

El que será el próximo director de Discursos de la Casa Blanca, Jon Favreau, mantenía, como muchos otros ciudadanos, una serie de fotografías personales en su página.

Después de que se anunciara su nombramiento, se apresuró a retirarlas y dejar únicamente una para su perfil.

Desgraciadamente para él, ya era demasiado tarde. Durante un par de horas, explica el diario The Washington Post en su página web, estuvo colgada una foto de una fiesta reciente en las que se veía al funcionario, de 27 años, bailando con una silueta de tamaño natural de la ex rival de Obama en las primarias, Hillary Clinton.

En la segunda foto, un amigo ofrece una cerveza a los labios de la senadora, mientras Favreau echa mano de modo ostentoso al seno de la que Obama ha propuesto como secretaria de Estado. Un portavoz del equipo de transición de Obama indicó que el director de Discursos ha pedido disculpas a la senadora.

Entre el equipo de Clinton, la broma parece haberse acogido con comprensión.El asesor de la senadora Philippe Reines afirmó que las fotos sirven para demostrar que las antiguas rivalidades son una cosa del pasado.

"A la senadora Clinton le complace enterarse del evidente interés de Jon en el Departamento de Estado y está revisando su solicitud", comentó Reines.
5/12/2008 | EFE