24 d’oct. 2008
L'efecte Bradley (Article sobre les Eleccions a EEUU)
Los prejuicios raciales ocultos pueden distorsionar las encuestas de voto
Una repetición del llamado efecto Bradley podría arruinar las esperanzas de Obama y propiciar un triunfo sorpresa de John McCain
¿Son fiables las encuestas que apuntan a una victoria, incluso muy holgada según algunas previsiones, del demócrata Barack Obama? ¿O habrá que recortar un porcentaje significativo de falso apoyo que oculta un prejuicio racial no declarado entre la población blanca? Son las preguntas que se hacen en privado los estrategas demócratas cuando faltan poco más de dos semanas para las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Una repetición del llamado efecto Bradley podría arruinar las esperanzas de Obama y propiciar un triunfo sorpresa, en el último momento, de John McCain. El efecto Bradley recibe su nombre de Tom Bradley, el político afroamericano que fue alcalde de Los Ángeles. En 1982 se presentó a gobernador de California. Durante la campaña, su ventaja fue grande hasta el final.
Pero a la hora de la verdad se impuso el candidato blanco, George Deukmejian.
La mayoría de análisis coincidió en que una porción - mínima pero decisiva- de los encuestados había mentido.
No se habían atrevido decir que votarían Deukmejian. Les pareció políticamente más correcto confesar su apoyo al candidato negro.
Las razones íntimas de cada cual podían ser muy diferentes, desde un claro prejuicio racial hasta la simple incomodidad de ser visto como racista por el encuestador.
El efecto Bradley se volvió a repetir en elecciones posteriores con candidatos negros. Harold Washington ganó la alcaldía de Chicago, en 1983, por un margen mucho más estrecho del previsto. Algo parecido le sucedió a David Dinkins en Nueva York, en 1989. Un estudio de la Universidad de Harvard basado en 133 elecciones a todos los niveles habidas entre 1989 y 1996 concluyó que el candidato negro había cosechado un tres por ciento menos de votos de lo que pronosticaban los sondeos.
"Es un interrogante cuánto estamos infrarrepresentando a la gente que es intolerante y que, por tanto, probablemente no votará a Obama - declaró Andrew Kohut, presidente del Pew Research Center, a The New York Times-.Sospecho que no son muchos, pero sí quizá unos cuantos. Ese quizá unos cuantos puede ser crucial en una elección reñida".
Algunos expertos advierten de los problemas endémicos que entrañan las encuestas. Hay gente que cuelga el teléfono, a la que no le gusta expresar su opinión. Suelen ser personas con un grado de tolerancia más bajo, quizá con menor nivel educativo. Es probable que ese perfil de votante se incline por los republicanos.
Entre los partidarios de Obama causó alarma un estudio reciente que situaba el efecto Bradley en un seis por ciento en el caso del senador por Illinois. Pero no hay coincidencia en el diagnóstico. Otros hablan del efecto Bradley al revés;es decir, de las personas que, en ambientes republicanos o donde los prejuicios raciales son elevados, no se atreven a decir al encuestador que votarán al candidato negro. Investigadores de la Universidad de Washington que han desmenuzado lo ocurrido durante el proceso de las primarias demócratas opinan que hubo efecto Bradley perjudicial para Obama en tres estados, pero un efecto Bradley al revés en doce de ellos.
Obama, siempre tan comedido y prudente en el tema racial, no se ha atrevido a referirse en público al efecto Bradley,pero sí ha advertido a sus simpatizantes que no se confíen, que no bajen la guardia. El candidato demócrata dijo en un mitin que sólo dos palabras bastan para no echar las campanas al vuelo: Nuevo Hampshire. Este pequeño estado del nordeste fue el segundo en votar en las primarias, tras Iowa. A pesar del impulso que llevaba Obama por su triunfo inicial y de que los últimos sondeos le eran favorables, Hillary Clinton fue la ganadora y eso le permitió seguir en liza durante cinco meses.
La campaña de McCain puede estar apelando subliminalmente - también lo hizo la de Hillary Clinton- al prejuicio racial como último recurso para frenar el impulso de Obama. Los anuncios negativos en los que se vincula a Obama con el ex terrorista de Chicago Bill Ayers intentan situar al candidato demócrata en un espacio de la América antipatriota y marginal. Los estrategas de McCain están utilizando de forma masiva el procedimiento de las llamadas automáticas en las que una cinta grabada transmite un mensaje negativo sobre el candidato rival. Se está haciendo en Maine y en Nevada. La senadora republicana de Maine, la moderada Susan Collins, ha instado a McCain a dejar de usar técnicas tan criticadas. "Este tipo de tácticas no tienen cabida en la política de Maine", dijo la senadora, que se presenta a la reelección el 4 de noviembre y no quiere que su talante centrista se vea contaminado por la propaganda republicana más visceral.
Eusebio Val | La Vanguardia, Washington | 19/10/2008 |
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