10 de set. 2008

Este muerto está muy vivo...


Kim se muere otra vez

Los servicios secretos de EE.UU, Japón y Corea del Sur llevan quince años "matando" al caudillo norcoreano a razón de dos veces por año


PEKÍN – El caudillo norcoreano, Kim Jong Il, se volvió a morir ayer. Esta vez de un ataque cerebral. Kim, conocido por los norcoreanos como el "querido dirigente", lleva quince años muriéndose, a razón de dos veces por año, según los servicios secretos de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur.


Kim ha sufrido todo tipo de atentados, golpes de estado y conspiraciones. Una vez se murió en un accidente de coche, otra se quedó gagá por problemas cerebrales. Su corazón está lleno de remiendos, su diabetes va de mal en peor, y su biografía supera a cualquier culebrón latinoamericano. Toda la familia Kim es un estropicio; su padre, el fundador de la república Kim Il Sung, mató a su madre. El propio Kim hijo, mató a su hermano. Más tarde se supo que su hermana gemela fue asesinada por su madre -la que había sido asesinada por el padre…

En vida, Kim hijo es un ramo de virtudes; maniaco sexual, borracho, acomplejado… Estas leyendas tienen tanta solera que asombra que los periodistas sigan repitiéndolas, año tras año, citando a las mismas fuentes de servicios secretos de las tres países mencionados, a través de los mismos periódicos de Washington, Nueva York, Seúl y Tokio. Hasta el propio Caudillo, que no hace declaraciones, se refirió al fenómeno comentando; "más que periodistas, parecen escritores de ficción".

La última "muerte" de Kim Jong Il ha tenido por motivo su ausencia de los actos del desfile conmemorativo del sesenta aniversario de la fundación de la república. El Caudillo asistió al cincuenta y al cincuenta y cinco aniversario, es verdad, pero no asiste a todos los eventos de este tipo. Su presencia es algo que no se revela hasta que comparece, llegado el momento, una manera de cultivar su imagen, que nunca ha pretendido emular a la de su padre, fallecido en 1994, que fue adorado como un dios en vida, y todavía lo sigue siendo hoy. Sus ausencias, de semanas y meses, son crónicas, por lo que su actual desaparición es pura rutina.

La fuente de la última muerte de Kim es "diplomática" y "surcoreana", desde Pekín, citada por el diario de Seúl "Chosun Ilbo". Desde Estados Unidos, una "fuente de los servicios secretos" le ha puesto la banderilla; "parece que ha tenido un problema de salud, probablemente un ataque cerebral", ha dicho. De todo esto hay tantas pruebas como de todo lo demás. El problema es que algún día el Caudillo, de 66 años de edad, se morirá de verdad, y entonces no nos lo creeremos hasta que nos enseñen el cadáver.

De momento, lo único que hay sobre la mesa es que en Estados Unidos ha comenzado el proceso electoral y parece que Corea del Norte quiere tomarse un respiro en la negociación nuclear hasta que aparezca un nuevo inquilino en la Casa Blanca. Alegando que Washington está tonteando con el compromiso de sacarla de la lista de países malignos promotores del terrorismo, el régimen ha dicho que congela su desmantelamiento nuclear. Y en respuesta, los otros le han matado


La Vanguardia, 10 de setembre 2008

1 comentari:

Anònim ha dit...

im your favorite reader here!