5 d’ag. 2007

Farmàcia II


Mentre ordeno fotos i poso una mica d'ordre per retornar al dia a dia, més Històries Farmacèutiques del blog
Vida surrealista




"Lo malo de que la gente sepa que trabajas en una farmacia es que te pueden hacer preguntas como:

- ¿Y cómo sabéis los farmacéuticos que talla de condones dar cuando os los piden?

Ante el abanico de posibilidades para responder que se abre cuando te sueltan algo así, tienes que elegir. Porque a ti se te ocurre responder:

a) Fácil. Saco el metro y mido. Primero longitud...ahora perímetro... uy uy me da a mi que este te va a estar grande...

b) Por la cara, se nota perfectamente. Por ejemplo tu tendrías la pequeña.

c) Tenemos un probador en la farmacia

Y sin embargo, como a la persona que te lo ha preguntado la acabas de conocer te limitas a reir y decir: "si necesitas una talla mayor, lo normal es que seas tú el que lo diga"

Pero lo bueno de que la gente sepa que trabajas en una farmacia, es que con tus amigos que también trabajan en otras, puedes comentar anécdotas y experiencias. Y si te aburres durante la comida puedes empezar a hablar de lo que les pasa a ellos en las suyas o de las historias que han oido. Así, una de las historias más famosas que corren por mi facultad, y que quién sabe si será cierta o sólo una leyenda urbana es esta:

Por supuesto, los farmacéuticos no somos ajenos a las equivocaciones y muchas veces por error nuestro damos algo que no es lo que nos están pidiendo. Eso le pasó a un chico al que una señora mayor le pidió unos tapones. Él, sólo Dios sabe porqué, en vez de entender tapones oyó condones. Es algo que puede pasar perfectamente. No os extrañeis. No sabemos que factores influían en su atención en ese momento y por tanto no entraremos a juzgarle aquí. El chico un poco extrañado de que alguien de tan avanzada edad le pidiese unos condones se los dió sin atreverse a preguntar más, y la mujer se fue a casa pensando que lo que había comprado eran unos tapones para los oídos. Claro, imaginaos la sorpresa al día siguiente, cuando la señora se presenta en la farmacia, con un condón colgando de cada oreja y dice algo así como: "mira, que ayer me vendisteis estos tapones, pero que es que yo sigo oyendo igual..."


También me gustaría dejar algunas cosas claras, que parecen tonterías pero que la gente pues parece que desconoce:

1) En la farmacia no se mandan postales. Por desgracia aún no tenemos un buzón de correos instalado, no creo que se haga, pero en el supuesto caso de que pongan uno se les avisará con el debido tiempo.

2) Ya sé que en la publicidad de las cremas, sobretodo en los anticelulíticos, aparecen prendas de ropa para evidenciar la pérdida de peso. Pero si te gustan los pantalones que salen en la caja no vengas a la farmacia. Porque NO los vendemos.

3) Tampoco tenemos cepillos para los abrigos. Es raro sí, pero que quieren que les diga. En mi farmacia es que trabajamos con poquitos artículos para el cuidado de las prendas de vestir.

4) Y por último, pero no menos importante. No revelamos fotos. No me traigas los carretes de las vacaciones en Benidorm, porque lamentablemente lo único que podré hacer con ellos será metértelos por el...ejem Que lo siento mucho, pero ¿a que no voy yo a la tienda de fotos a preguntar si venden aspirinas? Pues esto es lo mismo.